Ubicado al suroccidente de Colombia, este departamento cuenta con 63 municipios, 230 corregimientos y una estupenda cocina en la que se evidencia el fascinante encuentro de las culturas indígenas, muchas de las africanas y españolas.
De esta última, aún priman ingredientes como las semillas de trigo, cebada, hortalizas, frutas y determinados condimentos entre los que se destacan la pimienta, la cebolla y el ajo.
Nariño, como la mayor parte del territorio colombiano esta bendecido por la variedad de climas, tierra fértil y gran cantidad de agua que dan como resultado, entre otras cosas, un fogón variado y gustoso.
Entre sus placeres culinarios sobresalen las empanadas de añejo, elaboradas a base de maíz fermentado, que luego de su fritura logra un espectacular tono dorado y consistencia crocante; el hervido, coctel de frutas ácidas cocinadas con la perfecta mezcla de aguardiente; el hornado, carne de cerdo adobada con especies naturales que, luego de 12 horas en el horno, logra liberar el excesos de grasas y dejar lo mejor de su sabor y nutrientes; el encocado de piangua o concha, un molusco bivalvo que es debidamente seleccionado por las mujeres de la costa nariñense y el renombrado cuy, un roedor que habita la zona andina y es muy apetecido por el sabor único de su carne.
También se destacan los sancochos de gallina criolla, el locro o sopa de verduras, la juanesca (plato tradicional de Semana Santa, a base de calabaza), la poliada, la crema de maíz, la chara y la sopa de cebada.
Ahora bien, si luego de imaginar todas estas delicias está pensando seriamente en visitar esta región colombiana, le recomendamos hacerlo en una fecha en la que los blancos quieren ser negros y los negros blancos. Se trata de una de las celebraciones más importantes del país que se lleva a cabo en la ciudad de San Juan de Pasto entre el 2 y el 7 de enero.