El buscador de vuelos Viajala hizo una selección de los imperdibles turísticos que puedes realizar en cada una de las cascadas, para que los explores y los anotes en tu próximo itinerario. Además de estos, sugerimos uno de los lugares más enigmáticos de Colombia: el Salto del Tequendama.
La Chorrera de Choachí
La Chorrera es una de las cascadas más altas de Colombia con 590 mts de caída y es simplemente asombrosa, no te arrepentirás de tu visita ya que puedes contar con la vista de diferentes paisajes; además en este lugar se encuentra otra cascada llamada el Chiflón** ideal para realizar rappel, torrentismo y acampar. El desarrollo de la zona está enfocado en ayudar a la conservación de la naturaleza y promover el desarrollo ambiental sostenible.
Para disfrutar de las chorreras te debes dirigir a El Parque Aventura la Chorrera, situado en el municipio de Choachí Cundinamarca a 45 minutos de Bogotá.
Cascada el Tambo
Es una espectacular cascada con 40 mts de altura ubicada en el municipio de Tena a hora y media de la ciudad de Bogotá. Este lugar está lleno de historia y ancestralidad ya que allí la comunidad Muisca transportaba sus productos a Bacatá (nombre que recibía antiguamente Bogotá). Aquí también podrás disfrutar de los árboles frutales y de algunas vegetaciones que florecen en ciertas temporadas del año.
En el lugar se pueden hacer caminatas por los senderos en donde prestan el servicio de transporte ida y vuelta; actividades en grupo para interactuar con otros viajeros y registro fotográfico. Te recomendamos llegar al lugar lo más temprano posible para que puedas recorrer con tranquilidad la ruta hacia la cascada.
Salto de los Micos
En este lugar gozaras de 7 cascadas que se ubican entre los ríos de Villeta Cundinamarca, muy cerca de Bogotá. Además del gran espectáculo de sus aguas, este atractivo turístico también se caracteriza por poseer una gran zona verde y ecológica, ideales para los amantes de las aventuras.
Alrededor de estas cascadas es posible realizar el tradicional “paseo de olla” junto a tus familiares o amigos para disfrutar el fin de semana.
Para llegar a este destino puedes dirigirte al Terminal del Salitre en la ciudad de Bogotá, y allí tomar una ruta hasta Villeta.
Chorro de Virginia
Ubicada en el municipio de Pacho, Cundinamarca, a tan solo dos horas de la ciudad de Bogotá, es un pueblo naranjero de Colombia donde la ganadería y amabilidad de los habitantes son protagonistas en el día a día.
Sin duda alguna, uno de los atractivos turísticos más espectaculares de este lugar es el Chorro de Virginia cerca de la vereda Canadá, con una caída de altura de 500 mts que atraviesa el Ríonegro y el acueducto del pueblo. Además de presenciar las cristalinas aguas, podrás escuchar el canto de las aves y relajarte en el ambiente de la naturaleza para hacer de un fin de semana el más placentero posible.
Hay excursiones que se realizan en este lugar saliendo de la ciudad de Bogotá, pero si prefieres hacer la ruta por tu cuenta puedes llegar utilizando los buses intermunicipales que salen de la zona norte de la ciudad de Bogotá.
Salto de la Nutria
A unos pasos de la ciudad de Bogotá, es posible ver las cascadas más esculturales como El Salto de la Nutria, este lugar se llama así porque en la antigüedad era muy común ver a estos animales bañándose allí.
Se caracteriza por poseer un agua helada. Además, en este atractivo turístico es posible conocer la historia del nacimiento del Río Bogotá.
Para llegar a este lugar, tienes que dirigirte al terminal del norte de la ciudad de Bogotá y allí agarrar una de las rutas disponibles que te llevan al lugar.
Salto del Tequendama
El Salto del Tequendama es uno de esos parajes repletos de misticismo e historia. Según el mito muisca, fue Bochica, dios del sol, quien golpeó la tierra con su cayado para que el agua abandonase las tierras de la Sabana para su cultivo. Siglos después, esta maravilla natural interesaría a Alexander von Humboldt e Immanuel Kant. ¿Cómo fue esto? El debate se dio alrededor de la altura de este salto y su majestuosidad.
Pero aquí no acabó la cosa: luego, a mediados del siglo XX, esta cascada sería uno de los sitios más apetecidos los por turistas capitalinos y extranjeros. De ella se narrarían miles de historias, algunas suscitadas por el afán romántico— nos referimos a la corriente de pensamiento europeo que enfatizaría en la magnificencia de la naturaleza y sus acontecimientos; en contraposición a lo frágil e insignificante que resultaba el ser humano— de la época; cuando no por algunas supersticiones que rondarían el hotel y sus zonas aledañas. ¡En fin! Acá les aconsejamos que mejor se deleiten con una visita al lugar. ¡No se arrepentirán!
